De vivos, muertos y otros misterios

Prólogo

de María del Carmen Aranda

No siempre se tiene la oportunidad de conocer a una mujer como Pilar Baumeister Andreo y mucho menos de prologar un libro suyo. Nos conocimos en el Museo Tiflológico de la Organización Nacional de Ciegos de España, en la presentación de «En lo Eterno», esculturas de la polifacética Ana Benegas Haddad, en el que Pilar nos deleitó con sus poemas. Desde entonces mi admiración no ha cesado de seguir su obra literaria y conocer a la persona que quedó impregnada en mi piel con aquel abrazo que hoy no nos podríamos haber dado, por este distanciamiento que hay que respetar, protegiéndonos del Covid-19.

Privada de la vista desde su nacimiento, Pilar nos muestra ese mundo interior, donde ella ve mucho más allá de lo terrenal. De vivos, muertos y otros misterios describe ese viaje hacia un Universo donde la presencia de la esperanza y de un Ser Superior «Dios» está vigente en cada una de las 43 historias que recoge este excepcional libro.

Un conjunto de acontecimientos y hechos en muchos casos vividos por la propia autora, o al menos sentidos, desencadenan historias que te llevan más allá de las palabras. Es interesante descubrir cómo se presentan varias perspectivas, desde el punto de vista de los diferentes narradores, de modo que podemos inferir aspectos relativos a los estados emocionales y racionales a través de sus personajes.

Para Charles S. Peirce, científico y filósofo estadounidense, el pensamiento es un proceso inferencial que se desarrolla mediante signos, es decir, utilizando un tipo particular de signos que son los argumentos y es justo este libro una prueba de ello, un despliegue de sus pensamientos en la sencillez y complejidad de cada día. Nos hace partícipes de esa conversaciones consigo misma como en los relato titulados «Un crítico descortés, pero con buena intención» (pág. 35), o el optimista en «El reino de la nada» (pág. 37) que como bien dice: «Bueno, si la puerta ya no está, no tengo ni que abrirla. Lo más incómodo será el resto», pensó con estoicismo forzado.

La lectura De vivos, muertos y otros misterios trasladará al lector a ese viaje junto a su autora, acompañándola en sus incertidumbres y miedos, a la crítica de las injusticias y a los fallos de estructura, a una existencia tan real como la fuerza de las palabras que transmite en sus historias, reflejo de su personalidad.
Fuerza en sus escritos, mucho amor, esfuerzo y lucha. En «La nieve ilusa» (Pág. 45) predomina la imaginación fuente de creación y avance uniendo tiempos y continentes como Europa, África, Asía y América un viaje alrededor del espacio infatigable.

En uno de sus relatos, nos cuenta cómo tiene la impresión (superstición típica de muchos deficientes visuales, tal como ella expone) de que perdería más y más la vista, a medida que se fuesen acostumbrando a esos puntos, refiriéndose al Braille.

Al-Imam Al-Amadi, a mediados del siglo XIII, fue el primero en utilizar caracteres táctiles para la lectura. Un ciego vendedor de libros en Arabia que para reconocer el título y el precio de cada libro, desarrolló caracteres en relieve que colocaba sobre ellos.

Leamos, queridos lectores De vivos, muertos y otros misterios, cerremos los ojos e imaginemos en nuestro interior cualquiera de las historias narradas por Pilar, al igual que en su día, con sus ojos cerrados, escribieron los ilustres escritores ciegos John Hull, Helen Keller, Tom Sullivan, Jacques Lusseyran, Oskar Baum, Taha, Hussein, Jorge Luis Borges, mencionados en este libro.

«Yo rezo a Dios, para que todavía no sea ahora» (Pág. 159).Un frase de nuestra autora Pilar Baumeister que me impactó al leerla por tener la esencia de todos sus sentimientos.

Mi admiración y mi enhorabuena por este gran libro que debe ser leído para comprender la naturaleza de una gran mujer inaccesible al desaliento.

María del Carmen Aranda
Madrid, 29 de septiembre 2020