Descripción
Ralea de Lilith
En la hora de la noche en que todo está en silencio —conticinio— la poeta trasciende escenarios íntimos y cotidianos —mi barrio era charla de acera en noches de estío, / corro de sillas de anea a la serena / y un sereno con cien llaves cascabel— o bien, rememora el recreo del juego infantil —el escondite inglés—, para lograr alcanzar empoderamiento, al fin, ante la crítica de la escena pública —su desnudez provoca / el rechazo de las vírgenes, / las heridas sangrientas /que nacieron del averno”, puesto que “ha llegado al tiempo /de las hembras invisibles”.
Llega la valiente RALEA DE LILITH, con siete poemas como estandarte; … sucumbió a las manos / de los demonios / y
permitió que su cabello, /roja bandera ondulante, / fuese la levadura /de la primera revolución.
Lilith, codo a codo, con esas “mujeres-alondras / con banderas en el pubis / que amasan el ácimo pan / de los desheredados”, al mismo tiempo que enarbola esas trece rosas: “destilaron su sangre / todos los libros de Historia”.
Poemas universales: mirada al interior, lazo familiar, pérdida de lo cercano, vivencias, añoranzas y cicatrices de la memoria, al retornar: cuando … las madres sean las que regresan / al vientre de las hijas…, escribe Amelia Díaz Benlliure.
Fragmento del prólogo de Leonor Merino
Escritora, poeta y traductora
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